top of page

Sari Holland

Armonía en Discordia

Casa Museo del

BANCO NACIONAL DE PANAMÁ

Del 12 de Junio al 11 de Julio de 2024

Armonía en Discordia

“Armonía en Discordia”,. 

Un baile de formas y colores en el jardín terrenal de Sari Holland

 

 

La historia de la humanidad se ha tejido desde el equilibrio constante entre fuerzas encontradas. El “Jing y el Jang”, la “verdad y el engaño”, se entienden por norma como voluntades contrarias y en pugna.  Irreconciliables. Pero la historia del arte nos ha demostrado que es posible construir composiciones maravillosas y atemporales a partir de lo terrible, de lo nefasto… de lo oculto. Un asunto que nos trae inmediatamente a la mente nombres como el Bosco, Goya, Munch, Freud, Bacon o Ryden. Maestros que, en todos los casos, lograron ese encuentro a través de algún grado de figuración. No obstante, ¿qué podría cuando si esa intensión se experimenta desde la abstración?

 

 

Sari Holland

 

Sari Holland, una artista panameña, académicamente formada en la Escuela de Arte y Ciencias de la Universidad de Texas A & M, ha decidido indagar en torno al encuentro entre la armonía y la discordia como parte de un mismo proyecto, pero utilizando un lenguaje abstracto para potenciar su discurso visual. Sin apartarse de las formas naturales y orgánicas que han definido su trabajo, a partir de 2020, bajo las tribulaciones de la pandemia, Holland va a investigar cómo las relaciones que el contraste entre colores complementarios, el diálogo entre siluetas y trazos disociados, y las profundidades de campo – normalmente relacionadas con el paisaje figurativo –, pueden expresar el encuentro entre valores antagónicos de manera no formal.

 

Obras como Nadando entre las sombras, Caminando entre la niebla o Skin and Bones, construidas con amplificaciones abstraídas de elementos de follaje, procuran catalizar el desasosiego de los primeros meses de cuarentena, a través de síntesis cromáticas y monocromías altamente contrastadas.  De manera similar, Intensidad y Candela son piezas que, a pesar de estar desarrolladas con elementos muy dinámicos y paletas vigorosas, consiguen generar emociones de empatía ante la fatalidad de un momento tan complejo y perturbador para la humanidad.

 

Con la salida del confinamiento, la esperanzadora idea de un mundo transformado, que regresa a la luz, es la fuente de inspiración para obras cromática y geométricamente más complejas. De este momento son sus óleos El caminador de perros, La lupa (una referencia a la Loba Capitolina) e Hija del Mar. La complejidad compositiva de estas obras constituyen una rótula en el proceso creativo de artista, abriendo el camino a otras en las que retoma la idea de colegir elementos disociados.

 

Emplumado, El albatros, Trasnochada y muy especialmente El baile de la mantis, realizadas entre 2023 y 2024, son un fiel ejemplo de la búsqueda de la artista por conciliar los extremos de la dicotomía que la fascina. En estas cuatro piezas de formatos medianos, se alude al fenómeno de la paraeidolia, desentrañando figuras a penas identificables en creaciones de la más pura abstracción. Son piezas fluidas, en las que la artista se permite llevar de manera intuitiva, en un acto de total epifanía y contacto con su energía interior.

 

Es maravilloso ver cómo Holland logra madurar a su intensión desde el subconsciente, en un proceso que evidencia el inicio de este nuevo elemento, cercano al surrealismo, en su trabajo. En especial El Jardín nos transporta de inmediato a la obra paradigmática de Jerónimo Bosco. De manera muy sutil, las curvas seductoras y cálidas de esta pieza parecen moverse sensualmente, antes el desenfrenado impacto de los fríos, en un espacio infinitamente abstracto, pero capaz de ruborizar a cualquier observador.  Bigotes, por otro lado alude desde su título al rasgo más característico del rostro de Dalí, aprovechando en esta ocasión los vacíos para decontuir algunos rasgos reconocibles del Maestro de Figueras.

 

Sin embargo, el gran clímax de esta muestra tal vez sea la obra Victoria (octubre de 2023), un homenaje a la juventud que durante más de un mes se tomó las calles para conseguir el cierre de un enclave minero en lo profundo de nuestro país. Es una pintura que en todos los sentidos sintetiza la voluntad de esta artista profundamente comprometida con la naturaleza, pero que además es capas de traer bellamente a nuestros ojos la más dura polémica que hemos vivido en nuestros años más recientes.

 

Armonía en Discordia es así, la síntesis de los años de discreta y disciplinada investigación, producción y reflexión de esta artista, que tras años y de docencia, se perfila como una de las nuevas figuras de gran relevancia en el arte de Panamá.

 

Reinier Rodríguez Ferguson

Curador – junio de 2024

 

bottom of page